Un Fanfic de la canción Better Man de Pearl Jam
Ella miraba el reloj. Eran las 4 de la tarde. Empezaba a transpirar y le molestaba la lana de su chaleco. Estaba en su cama, era la cama más grande que había tenido, una “King size”. Rodaba de un lado a otro y pensaba en las palabras que le iba a decir. Tenía que tener un discurso, explicarle que ya no aguantaba más. Esto tenía que parar. Ya no lo podía soportar.
Escucha ruidos. Era su marido que estaba abriendo la puerta. Rueda de nuevo y se hace la dormida. Suenan los pasos de él en las escaleras. Venía subiendo a la pieza. Ni siquiera pasó por un pan con queso, como todas las tardes. Ni siquiera puso el agua para hacerse un café cargado. Iba directo hacia ella. Entró y su mujer cerró los ojos. Tenía miedo. Él la miró de arriba abajo, revisó la pieza y la ropa que tenía puesta.
Él se sentó en su escritorio y sacó su computador. Esto mientras ella de verdad se quedaba dormida. En eso sueña con el rojo, con sangre y con más rojo. Está en una cueva y no sabe cómo salir. Pero no trata mucho. Se queda adentro, “afuera no hay nada mejor”, dice. Esto no le asusta. No sabe si son pesadillas, pero ya son parte de su vida. Ella despierta pero no abre los ojos. Se queda pensando. Se convence y repite en su cabeza que está enamorada. “No importa, no puedo encontrar un hombre mejor”. Miente.
Ella se habla a sí misma. No tiene amigas ni familia que la apoye. No puede llamar por teléfono a su mamá porque se pelearon cuando se casó con él. Es que no está de acuerdo con su matrimonio, no era lo que quería para su hija. Y las mamás son perceptivas. Hasta hoy no se hablan y ella perdió a sus hermanos, sus abuelos y sus primos. Es el costo por estar con alguien así. Ella ya no es la misma.
“Nadie más necesita saber lo que está pasando”, pensaba. No hay personas que tengan un interés por su vida, es que con el tiempo muchos la olvidaron por completo. Han sido 20 años de matrimonio que la llevaron a desaparecer. Ahora es sólo de él. No le pertenece a nadie más. Y ella ya no quiere salir, tomarse una cerveza, ir a un cumpleaños o escuchar un concierto. Cosas que antes hacía con una sonrisa en la cara, ahora las evita con el ceño fruncido. Sigue con los ojos cerrados pero se queja, se escucha un “oh”. El marido se para, pero ella ni se mueve.
Pasan imágenes por su cabeza. Son memorias de los tiempos en que era fuerte. Cuando estudiaba y le respondía a sus profesores si no estaba de acuerdo con ellos. Recuerdos de cuando esperaba que viniera el mundo. Juraba que sabía lo que venía, hoy jura que se equivocó.
No abre sus ojos ni se cambia de posición. En su cabeza sigue dando vueltas lo mismo de siempre, “sigo enamorada, es el hombre que amo”, se repite. Piensa que no puede encontrar a nadie mejor. Miente.
Se queda dormida otra vez y los sueños siguen. Sabe que no van a parar. Que va a ver rojo siempre. O al menos mientras siga con él. Es que ella insiste “No puedo encontrar a nadie mejor”. No existe alguien mejor.
Se dio media vuelta y ya estaba segura. Sus ojos seguían cerrados pero ahora entendía, “Lo amo”. Y por eso no lo puede dejar. Pensó en irse pero le es imposible. Ella lo alimenta, le cocina tallarines y le hace una salsa especial. Algo que nadie más podría hacer. Sí, nadie más. Es por esto que si se va inevitablemente va a volver. Va a entrar a la misma casa, se va a acostar en la misma cama y va a cerrar los ojos cuando su marido vuelva del trabajo.
Después de escribir este fanfic tuve muchos problemas. Es que los fanáticos de Pearl Jam son fieles a su banda preferida y no toleran ninguna modificación a su material. Muchos de ellos no entienden que estamos en la Cultura de la Convergencia donde chocan los nuevos y antiguos medios. Se intersectan los medios corporativos, es decir, las canciones que promocionan los sellos, con los medios que usan los fans. Es decir, se mezcla la música que se vende en La Feria del Disco con lo que yo pueda hacer en mi casa con esa misma canción. Los consumidores ahora interactúan de forma impredecible con los dueños de la industria. Es algo que los fanáticos de Pearl Jam no entienden y quizás deberían entender.
Los productores con los consumidores desempeñan un rol en conjunto. Ambos son participantes que interaccionan al mismo nivel. Con este fanfiction tomé la letra de una canción, que en teoría pertenecía a una discográfica o al mismo Eddie Vedder, y gracias a lo que ellos entregaron yo pude escribir mi historia. Somos parte de una cultura participativa y por lo mismo todos deberían poder tomar un material público y hacer de él algo interesante. Cada fanático de una banda puede tomar una canción como modelo y así crear una parecida. Es la participación que permite la cultura de convergencia. Incluso a partir de mi creación mucha gente puede difundir esta historia y participar en la creación de nuevas canciones. Es el modelo desparramable que las nuevas tecnologías promueven.
Además es hora de asumir que existe la inteligencia colectiva. Cada espectador comparte sus conocimientos porque el consumo es un proceso colectivo. Acceder a más contenido lleva a los fans a archivar, comentar, apropiarse y a poner más información en las distintas plataformas. Yo como fan estoy entregando más material a los fanáticos de Pearl Jam. No los estoy perjudicando, sino todo lo contrario, les doy más contenido.
Las diferentes comunidades han criticando mi historia. El grupo de fanáticos de Pearl Jam, esa comunidad de fans asiduos, no toleraron que inventara una historia ficticia. Creían que estaba desvirtuando la letra Eddie Vedder. Y por eso llegaron los trolls, personajes polémicos que se metieron a mi página web y alegaron. “Esto no es lo que Eddie quería decir”, postearon en mi cuenta de Twitter. Y eso fue lo más suave que pusieron. Se dedicaron a crear controversia y publicaron en mi página comentarios en contra de lo que yo hago. Quizás me querían provocar para que dejara de escribir. Y no lo hice. Pero quiero que entiendan que este fanfiction le da más importancia a Better Man. La letra me llegó tanto que pude desarrollar todo un cuento a partir de ella.
Antonia Fontecilla